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Usa unas 3 cucharadas de bicarbonato de sodio y 60 ml. de agua. Mezcla el agua y el bicarbonato de sodio en un tazón pequeño, hasta que tengas una pasta con una textura espesa.
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Con una bola o almohadilla de algodón, frota la pasta sobre el área rayada, durante unos 10 segundos, con un movimiento circular.
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Deja actuar la pasta durante unos 30-40 segundos.
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Enjuaga la pasta con agua fría.
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Si aún quedan restos de la pasta, límpialos con un paño de microfibra que no tenga pelusa.
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Si todavía quedan algunos arañazos, repite los pasos anteriores hasta que desaparezcan.
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