Estamos acostumbrados a ver a algunos mecánicos de lujo conduciendo la bisagra del caballete en estos Surface Pros, pero en esta ocasión se nos ofrece una mecánica aún más sofisticada.

La cubierta de las SSD se encuentra a un lado de un pequeño balancín, esperando a que una herramienta de expulsión de la tarjeta SIM o un sujetapapeles venga y se siente en el otro lado. Cuando eso sucede, el balancín empuja la cubierta de la SSD lejos de la carcasa y ¡bam! así de fácil puede actualizar su almacenamiento.

Cuando terminamos en el patio de recreo más pequeño del mundo, pasamos a la interfaz SSD y al lector SIM, que salen como un solo módulo.

Estamos intrigados por el espacio que ocupa este módulo, y aún más impresionados por el hecho de que Microsoft haya creado las propiedades inmobiliarias necesarias para incluir una función tan fácil de reparar en una tableta tan delgada y ligera como la Pro X.