Prepara un iOpener y calienta la parte posterior a lo largo de un borde durante dos minutos o hasta que esté ligeramente demasiado caliente al tacto. Esto ayudará a ablandar el adhesivo que sujeta la tapa trasera del teléfono.

Puede que tengas que recalentar y volver a aplicar el iOpener varias veces para que el teléfono se caliente lo suficiente como para cortar el adhesivo. Sigue las instrucciones del iOpener para evitar el sobrecalentamiento.

También se puede utilizar un secador de pelo, una pistola de calor o una placa calefactora, pero ten cuidado de no sobrecalentar el teléfono, ya que la batería interna es susceptible de sufrir daños por el calor.